Seguidores

15 de agosto de 2013

Endless Pain (3)

primera parte, click
segunda parte, click
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Al salir, me fui al sofá a sentarme y mi vecina se sentó también. Tenía pinta de darme una de esas charlas, pero estaba muy enfadada, sabía que la policía no iba a hacer nada para que todo aquello se solucionara, y si no lo hacían ellos, lo tendría que hacer yo.

- No digas nada, sé que me he portado mal por contestar mal - le dije antes de que me dijera nada - pero estaba muy enfadada.

- Si, Valeria, te entiendo - me dijo tranquilizándome.

- No, no me entiendes... nadie lo hace, nadie se ha dignado a preguntarme si estoy bien o que necesito. ¿Han matado a tu familia? ¿No, verdad? Ya lo hemos dicho todo...

- No, no han matado a mi familia, pero me han pasado cosas, no tan malas como a ti, pero yo también he sufrido ¿sabes? Tengo 50 años.

Suspiró y me empezó a contar su niñez y adolescencia.

- Valeria, cuando yo tenía 10 años, yo vivía en una casita con tres hermanos, yo era la mayor. Mi casa estaba rodeada  de cuevas y campo. Por allí correteábamos. Mi padre se dedicaba a cortar leña de un bosque, por allí cerca y mi madre, era ama de casa. Teníamos un sueldo humilde, pero era un sueldo, podíamos comer. Siempre había un policía rondando por ahí, que se dedicaba a vigilar a las cuatro familias que vivían cerca de aquél campo. Antes, no había televisión, y no daban las noticias para que supiéramos lo que pasaba, así que, no sé porqué, estalló una guerra. Al principio de esta, mi madre salió a comprar provisiones; embutido, pan y todo lo que antes comíamos. Teníamos comida para unos tres meses, ya que pensábamos que no iba a durar más. Al principio, nos dejaban salir a dos metros de nuestra casa, por si había algún enemigo nos diera tiempo a correr, pero al mes y medio de la guerra, no nos dejaban salir y justo veíamos la luz del sol. Nuestro día a día, se basaba en el sonido de explosiones, niños llorando y máquinas. Todo el día en casa, creaba problemas familiares, roces de convivencia. Estábamos todos histéricos, nadie hablaba, llevábamos dos meses y medio ahí metidos y hacía medio mes, que no veíamos la luz del sol. Las provisiones se acababan y aún nos poníamos más malhumorados. No sé como, pero sabíamos que, la mejor amiga de mi madre, había muerto y había dejado a dos hijos menores de edad sin madre y sin padre, porqué su padre estaba en la guerra. Así que, sus dos hijos vinieron a nuestra casa. Éramos mucha gente ya, mi padre, mi madre, mis dos hermanos, los dos hijos de la amiga de mi madre y yo. Quedaban cuatro cosas en la despensa. Estábamos en la mitad del cuarto mes. Hacía dos semanas que solo comíamos pan. Todos estábamos más delgados que hace cinco meses. No teníamos fuerzas para nada, y veíamos como nos debilitábamos paso a paso. Era el sexto mes, quedaba una barra de pan. Mis padres estaban muy débiles, demasiado, mi padre tenía más musculatura y estaba más robusto pero mi madre era la más débil de los de la casa, a la mitad del sexto mes, mi madre falleció y mis hermanos y yo estábamos allí, observando como mi madre se iba y no podíamos hacer nada para evitarlo. Por fin el séptimo mes acabó y con ello la guerra, por fin salíamos al exterior y veíamos la luz del sol, nos alegramos tanto... Corrimos y fuimos a comprar comida. Yo estaba fatal, al ver como mi madre falleció y no podía hacer nada, mi padre enfermó y también murió. Me tuve que hacer cargo de mis hermanos pequeños, empecé a trabajar, limpiando en una casa, solo para poder llevar pan a mi casa. Y así crecí. No han matado a mi familia de repente, pero también nos han matado, separándonos de una manera u otra. Yo también he sufrido, y no he tenido a nadie que me apoyara.

- Lo siento Carmen... No sabía

Me interrumpió

- Tranquila Valeria, ya lo he superado, y ahora me alegro de que tu tengas a alguien con quien apoyarte, y que te cuide.

- Estás haciendo tu trabajo por segunda vez, Carmen - dije bromeando, para aliviar la tensión.

- Si, jajaja, supongo que me ha tocado.

- Carmen, una pregunta, ¿Quién crees que me pudo enviar la carta? ¿Te acuerdas?

- Pues no lo sé... tendrías que ir a correos, para ver el remite.

- ¿ Me acompañas mañana?

- ¡Claro! Ahora vamos a comer algo - me dijo dirigiéndose a la cocina.

Pero la interrumpí, me levanté del sofá y le dije:

- Oye Carmen, gracias por todo, por ser tan fuerte  y explicarme tu historia. Lo siento por comportarme como una niña tonta, pero no lo he asimilado aún...

- Tranquila Valeria, te entiendo, mañana vamos a correos y vemos quien te envió la carta.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
participa en 'la iniciativa creativa' click aquí


3 comentarios:

  1. ¿Sabes que me encanta no? es muy interesante, y me gustó mucho la parte de la infancia de Carmen, es de verdad triste, te quiero mucho ares! ojalá estés bien, siempre es un placer pasar por tu blog, amo el diseño de la torre eiffel!

    ResponderEliminar
  2. Es muy bonita de verdad *.*
    Me encanta aunque un poco triste por parte de Carmen...
    Besos
    Kiara

    ResponderEliminar
  3. Es un poco triste, tengo curiosidad.
    Besos

    ResponderEliminar

¡Hola! Gracias por comentar, cuéntame lo que piensas, las opiniones siempre son buenas. Me gustaría saber lo que opinas. Habla desde el respeto, no ofendas a nadie. No spam. Un beso, Ares